"Qué silenciosos dormís,
torreones de la Alhambra!
Dormís soñando en la muerte,
y la muerte está lejana.
Sale el sol y vuestros muros
tiñe con tintas doradas ;
sale la luna y os besa
con sus rayos de luz blanca,
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
La noche serena os cubre
con su túnica estrellada,
y la noche tenebrosa
os prende en sus negras alas,
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
Puras gotas de rocío
vuestras almenas esmaltan ;
la lluvia, cruel, azota,
vuestras macizas murallas,
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
La brisa amorosa os trae
dulces caricias del alba ;
sopla el vendaval airado
y a las viejas puertas llama,
y vosotros dormís siempre
y la muerte está lejana.
Un sueño de largos siglos
por vuestros muros resbala ;
cuando llegue a los cimientos
vuestra muerte está cercana.
¡Quién fuera como vosotros,
y largos siglos soñara,
y desde el sueño cayera
en las sombras de la nada!"
Dulces sueños