El reloj de arena
En algunas banderas piratas (adoro estas banderas, ya os contaré más sobre ellas algún día) aparecía debajo de la calavera y los huesos cruzados el reloj de arena, como símbolo de la fugacidad del tiempo. Seguro que todos habéis tenido un reloj de estos en la mano, y si no, os invito a adquirir uno pero a adquirirlo de forma mágica, es decir, dejando que el reloj os encuentre, no preguntéis cómo, lo sabréis cuando suceda. El mío (que podéis ver en la foto) me encontró una tarde en un rastrillo organizado por tiendas de decoración y lo compré a un precio realmente increíble. Cuando volteamos el reloj, según cae la arena podemos percibir y visualizar como la vida transcurre sutilmente y sin pausa, cada grano representa nuestras alegrías, nuestras tristezas, las cosas que hicimos bien, nuestras equivocaciones… todo fluye hacia el receptáculo inferior, tanto lo que te parecía tan terrible, insoportable y eterno como los momentos de felicidad, siempre mucho más fugaces..
Coge un reloj de arena cuando te sientas como bloqueado en el tiempo, cuando sientes que esa situación o circunstancia te agobia y no acaba de pasar. Pide ayuda a Cronos y dale una vuelta al reloj, centrándote en la arena que cae, no te juzgues, no te critiques, sé indulgente con tus vulnerabilidades y haz que todo pase y fluya. Si te quedas en el pasado que te dañó, estarás triste. Si solo te centras en el futuro, te generará ansiedad. Cuando haya pasado toda la arena, mézclala y dale otra vuelta. Pero esta vez céntrate en el “ahora”, en ese instante en el que la arena pasa por el estrecho cuello del reloj. Pues si miramos arriba o abajo, nos perdemos el presente. Pide a tu reloj de arena que te enseñe a asumir el ahora con coraje y a aceptar la realidad tal cual es y disfrutarla. No olvides dar las gracias a Cronos y al reloj de arena por la ayuda recibida.